lunes, 24 de agosto de 2015
Lo mejor
Siempre me tuvo sin cuidado si mañana será otro día, si saldrá el sol después de haber llovido, si hay o no algún mal que dure cien años, si el tiempo dirá que así fue lo mejor. Sobre todo, porque “lo mejor” casi nunca es lo mejor para mí. Verá, quizás lo mejor es despertarme un día y descubrirme preocupantemente triste, devastadoramente aburrida o increíblemente preocupada. O mejor aún: tan llena de inquietudes que las voy moldeando hasta transformarlas en palabras, vea usted que ya puede leerlas en este texto, palparlas con los ojos. Imagínese ahora este paraíso perfecto de desilusiones, de desesperación derritiéndose entre los párrafos hasta tocarle las manos, hasta quemarle los párpados. ¿Lo mejor…? Lo mejor es haber escrito.
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